La población de Kenia: mucho más que un dato demográfico
La población de Kenia es de 51.393.010 habitantes, según el censo demográfico realizado por Datos Macro en 2019. El índice de natalidad tiene una tendencia a la baja desde hace décadas, como consecuencia de una política de Estado.
Pero por detrás de los números hay comportamientos. Rasgos distintivos que dan una respuesta mucho más amplia a cuántos habitantes tiene Kenia. ¡Sigue leyendo!
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Distribución poblacional de Kenia
La historia de Kenia se refleja en su diversidad cultural. Tiene un conglomerado de etnias, culturas, religiones y lenguas.
De acuerdo a lo que hoy conocemos, el mapa humano del país comenzó a formarse hace 6000 años, cuando los habitantes originarios de estas tierras comenzaron a sufrir las invasiones de los pueblos cuchitas y nilóticos del norte.
Más tarde llegaron los bantúes, después los árabes, luego los asiáticos y por último los europeos. El color de piel de los keniatas cubre toda la gama de claroscuros.
Los poco más de 50 millones de habitantes de Kenia se reparten de forma muy desigual por todo el país, ya que las regiones del norte y el nordeste son áridas y poco hospitalarias para la vida humana. En estas zonas, la densidad de población apenas llega a los 2 hab/km².
La mayor parte de los keniatas habita en las Tierras Altas, donde el clima es más moderado. La población urbana alcanza un 25% del total y se acumula en pocas ciudades, sobre todo en Nairobi, Mombasa, Nakuru y Kisumu.
La población rural se concentra en las tierras fértiles y subsiste gracias a la agricultura. Sólo 4 millones de personas trabajan, incluyendo pequeños campesinos y pastores nómadas. Un 30% de la población activa son mujeres.
Etnias versus identidad nacional
La mayor parte de la población es de raza negra. Las diferentes etnias se agrupan de acuerdo a su origen lingüístico:
- El 65% del total pertenece a tribus de origen bantú, que puebla las Tierras Altas centrales, el sudeste y las regiones costeras.
- El 30% es de origen nilótico. Se asienta en el sudoeste y en la región central del Rift.
- Hay un 3% de cuchitas en el norte del país.
- El espectro de población se completa con las minorías de origen indio, árabe y europeo.
Para profundizar, lee sobre las tribus de Kenia. Las lenguas nativas persisten, pero el swahili es la lengua común en toda África Oriental. El inglés es oficial y toda la población escolarizada lo habla con fluidez.
El porcentaje de alfabetización es alto: el 82% de la población. Pero solo el 31% de los jóvenes accede a la educación secundaria.
La diversidad es una fuente de riqueza, pero también de conflictos. A pesar de los esfuerzos del gobierno por inculcar en los keniatas la idea de un pueblo unido con un destino común, lo cierto es que en Kenia, como en otros países africanos, el sentimiento de nación se aplica a la propia etnia.
Muchos habitantes, especialmente los que no han tenido acceso a la formación escolar, continúan sin asumir el concepto de Estado. Por detrás hay causas políticas e históricas.
El país Maasai fue partido en dos por la frontera arbitraria entre Kenia y Tanzania, hace poco más de 100 años. Aunque el tiempo empaña el pasado, éste sigue presente como memoria colectiva. La conciencia del pueblo es práctica: no comprende por qué el camino a los poblados de sus primos está interrumpido por un límite difícil de franquear.
Por otro lado, la llegada de una tribu al territorio de otra es recibida, como mínimo, con desconfianza, y con frecuencia con agresividad.
Muy diferente es la atención dispensada a los turistas. Muchas etnias se dan la mano para recibirlos. El turismo es un factor de unión nacional. Los sitios de interés conforman una red de parques nacionales y playas de agua cristalina.
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